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Debate abierto sobre no proliferación de armas de destrucción masiva

Martes, 23 Agosto 2016
Presenter: 
Embajador Juan Carlos Mendoza
Ubicación: 
Nueva York

Señor Presidente,

Costa Rica quiere agradecer a Usted y su delegación por la convocatoria a este

importante debate. Nuestro país está firmemente comprometido con el sistema jurídico

internacional y confía en que el desarme global y la no proliferación de armas de armas

de destrucción masiva deben lograrse por medio del diálogo y la negociación de

instrumentos jurídicos.

A través de los años han surgido propuestas y medidas para avanzar en este tema:

Hemos prohibido los ensayos nucleares, pero el Tratado de Prohibición Completa de

los Ensayos Nucleares (CTBT por sus siglas en inglés) todavía no ha entrado en vigor.

Hemos tratado de prohibir la producción de material fisionable, pero aún no hemos

logrado que las negociaciones inicien en la Conferencia de Desarme, que está desde

hace años paralizada y cuya membresía no es universal.

Hemos llamado a fomentar la transparencia en torno a los arsenales y la verificación de

las reducciones a través del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA), y el

cese de los programas de modernización. Sin embargo, los procesos de verificación

bilateral y unilateral siguen siendo la norma.

Hemos adoptado la resolución 1540 del 2004, que impone una serie de obligaciones

vinculantes a todos los Estados Miembros, incluyendo, entre otras cosas, el deber de

abstenerse de prestar ningún tipo de apoyo a los agentes no estatales que tratasen de

desarrollar, adquirir, fabricar, poseer, transportar, transferir o emplear armas nucleares,

químicas o biológicas y sus sistemas vectores. No obstante, su implementación todavía

experimenta muchos retos.

Todos estos pasos y objetivos son muy importantes para algunos Estados, pero no

para todos. Y a pesar de todo, la comunidad internacional no ha renunciado a lograr un

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mundo sin armas nucleares ni de destrucción masiva y menos a lograr esto basado en

sofisticados sistemas de verificación y control.

Señor Presidente,

Costa Rica es un país pequeño, democrático, desarmado y civilista. El sistema

multilateral y el derecho internacional son nuestros únicos instrumentos de defensa.

Sabemos bien que la paz y la seguridad como “bien público global” se alcanza -en

parte- honrando la Carta de las Naciones Unidas, en especial, sus artículos 10 y 26,

cuyo cumplimiento Costa Rica ha abogado por décadas.

Como país sin ejército, no poseemos ningún tipo de arma de destrucción masiva. En

nuestra legislación están prohibidos los artefactos que al activarse produzcan gases

asfixiantes, venenosos, paralizantes, irritantes o lacrimógenos; así como el uso, la

producción o la introducción al país de gases, compuestos químicos, virus o bacterias

tóxicas y letales, que produzcan consecuencias físicas o mentales irreversibles, entre

otros.

Precisamente por tener las credenciales suficientes y sobre todo la autoridad moral que

otorga la práctica consuetudinaria, es que reiteramos nuestro llamado a la comunidad

internacional a evitar el incremento del número de nuevos Estados que posean armas

de destrucción masiva utilizando la tecnología propia o adquirida de otros Estados.

Adicionalmente, debemos continuar trabajando para erradicar el aumento en la

cantidad y calidad de armamento nuclear y de otros tipos, por parte de los Estados que

ya poseen este tipo de armas; y finalmente también debemos evitar a toda costa el

incremento en el número de Estados que poseen armas de destrucción masiva

procedente de la evolución de tecnología de uso civil.

Señor Presidente,

Tal y como lo menciona la nota conceptual que le da base a esta conversación, la

globalización y el desarrollo tecnológico facilitan los esfuerzos de la comunidad

internacional para reducir los nuevos riesgos y las amenazas. Sin embargo, estas

herramientas trabajan en doble vía, también favorecen con el peligro de que a largo

plazo estas armas puedan llegar a caer en manos no estatales.

Se hace necesario por lo tanto, reforzar los mecanismos internacionales de control de

tecnología y del material necesario para desarrollar estas armas. Asimismo, debemos

redoblar los esfuerzos para prevenir que grupos terroristas adquieran cualquier tipo de

armas de destrucción masiva y que se controle la exportación e importación de

material, equipo y tecnología para desarrollarlas.

Insistimos en que se cumpla el artículo 26 de la Carta de las Naciones Unidas, que

establece que el Consejo de Seguridad promoverá “el establecimiento y mantenimiento

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de la paz y la seguridad internacionales, con la menor desviación posible de los

recursos humanos y económicos del mundo hacia los armamentos”. Estamos

convencidos de que un mundo sin armas de destrucción masiva es esencial para lograr

los objetivos prioritarios de la humanidad, es decir la paz, la seguridad y el desarrollo

sostenible.

Por eso seguiremos trabajando hasta que esta utopía para algunos, objetivo lograble

para nosotros, de un mundo libre de armas nucleares y de destrucción masiva, se

convierta en realidad.

Muchas gracias.