Señor Presidente: Costa Rica agradece su convocatoria a esta sesión destinada a intercambiar ideas sobre los grandes temas y prioridades del Grupo. Agradecemos también la distribución del Programa tentativo de trabajo, que analizaremos cuidadosamente. Celebramos que se haya convertido en tradición que cada enero nos reunamos para reflexionar sobre las visiones, objetivos y esencia misma del G77 y China. El 18 de enero de 2011, bajo la presidencia de Argentina, nos reunimos con este mismo propósito, lo mismo que el 20 de enero de 2012, bajo la presidencia de Argelia. Hoy respondemos a la convocatoria de Fiji, para aportar nuestras ideas con un espíritu constructivo. El pasado martes 15, durante la ceremonia de traspaso de la Presidencia, mencioné cuatro prioridades fundamentales en las que mi país considera que el Grupo debería enfocarse durante este año:  El seguimiento e implementación de los compromisos asumidos por la Conferencia Río+20.  Los esfuerzos finales para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.  El comienzo de la discusión sistemática sobre la agenda de desarrollo post 2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 2  El relanzamiento de la Ronda de Doha sobre desarrollo en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Hoy deseo compartir algunas breves reflexiones sobre dos temas que trascienden el presente año y plantear dos sugerencias concretas. El primer tema es la necesidad de que el Grupo tome más en cuenta las cambiantes realidades del mundo y su incidencia en nuestro trabajo. Para todos resulta evidente el carácter multipolar de este mundo; la creciente traslación a Asia del centro de gravedad económica mundial; el desarrollo, a veces exponencial, de desafíos universales, entre ellos los ambientales, que exigen acción global; la proliferación de instancias formales e informales de coordinación política y económica; la emergencia de una conciencia y una opinión pública globales, interconectadas en tiempo real, y el agotamiento de antiguos esquemas ideológicos para definir grupos, alianzas o adversarios. Estos cambios obligan, como nunca antes, a la colaboración y coordinación entre los Estados y otros actores, como la sociedad civil, la academia y el sector privado. Además, nos obligan a considerar la pertinencia mantener el paradigma “norte-sur” como categoría casi única para el análisis y la acción del Grupo. Además, cada vez avanza más la noción de que el cambio en el poder relativo de las economías debe conducir, también, a un replanteamiento en las responsabilidades internacionales en temas como el ambiente, los flujos comerciales, la estabilidad monetaria y la cooperación al desarrollo. El segundo tema se refiere a la forma en que nuestro Grupo debería abordar su interacción con estas realidades. El G-77 es un conjunto sumamente diverso. Por ejemplo, en él está la economía más pobre, pero, también, la segunda más rica del mundo. Tenemos países que basan su desarrollo en la riqueza de sus recursos naturales, mientras otros enfrentan sus altos precios. Algunos son generadores netos de recursos financieros; otros, sus consumidores. Unos dependen casi en su totalidad de energías fósiles; otros de la hidráulica, eólica u otras fuentes alternativas. La 3 mayoría ha optado por algún modelo de economía de mercado como base para la generación de riqueza, pero algunos se inspiran en la planificación central. Siete de nuestros miembros forman parte del G20. Una parte considera que el sistema económico y financiero internacional debe ser reformado y adaptado; otra, que lo mejor sería “refundarlo” desde sus imaginarias cenizas. Y debemos reconocer también profundas diferencias sobre derechos humanos, gobernabilidad y Estado de derecho, aspectos que, necesariamente, informan y determinan las estrategias de desarrollo. Creemos necesario revalorar las dinámicas del grupo y posiciones del Grupo, para que los cambios globales y nuestra propia diversidad se reflejen más fielmente en ellas, asentados en principios, pero también con pragmatismo. En este sentido, deseo plantear dos sugerencias concreta: La primera es que sistematicemos las ideas aportadas en este y los más recientes encuentros de reflexión celebrados al comienzo de cada año, para crear un banco de ideas que sirva sirvan para una discusión más sistemática. La segunda sugerencia es que se organice, al menos, una sesión de reflexión sobre la misión, visión y prioridades del Grupo con la participación de expertos en desarrollo, economía, finanzas y comercio, seleccionados a partir de su conocimiento, diversidad, independencia, trayectoria, capacidad analítica y autonomía de criterio. A partir de la sistematización de nuestros propios aportes y de los que generen los expertos, podríamos crear un robusto repertorio de iniciativas que conduzcan a adaptaciones en las prioridades, métodos de trabajo y puntos de referencia del Grupo. Si no tomamos nosotros mismos la iniciativa, corremos el riesgo de perder relevancia. Si somos visionarios y valientes, en cambio, podremos ser más eficaces y relevantes para nuestros pueblos y la organización.