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Intervención de Costa Rica en la discusión interna del G-77 más China sobre el tema: “Intercambio de ideas entre los Estados miembros sobre temas y prioridades de importancia para el Grupo de los 77 durante 2012

Martes, 20 Noviembre 2012
Presenter: 
Embajador Eduardo Ulibarri, Representante Permanente
Ubicación: 
Nueva York

Señor Presidente: Costa Rica celebra la convocatoria a este encuentro, que no solo nos da la oportunidad de intercambiar ideas sobre las prioridades y rumbo de nuestro Grupo en 2012, sino, también, de plantear algunas reflexiones adicionales. Para Costa Rica, la relación entre sostenibilidad ambiental, crecimiento económico, desarrollo social y eliminación de la pobreza es el gran tema –y la mayor prioridad— en la que debe concentrarse el G-77 más China durante este año. Además de vincularse con profundos desafíos, el tema se manifestará, con particular fuerza política y clara urgencia para la toma de decisiones, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, a la que seguirá la Conferencia sobre Cambio Climático, en Doha. Otras actividades que consideramos de particular importancia son la Revisión Cuatrienal Comprensiva de Políticas (QCPR, por sus siglas en inglés), la reunión del Comité de Alto Nivel sobre Cooperación Sur-Sur, y la Conferencia de los Países Parte de la Convención sobre Biodiversidad. Basta analizar algunos datos sobre los devastadores efectos ambientales de modelos de desarrollo en extremo dependientes del carbono, y sobre el impacto acumulativo del cambio climático, para concluir que es necesario coordinar con urgencia la acción global ante estos retos. Por esto, no es exagerado afirmar que el éxito de Río+20 y los avances en Doha son clave para el destino de la humanidad. De aquí la importancia de abordar los procesos de negociación, previos y directamente ligados a ambas conferencias con profundo sentido de realidad y responsabilidad, con actitud abierta, sin atavismos, y con la disposición de esforzarnos genuinamente por llegar a acuerdos productivos con nuestras contrapartes. Otros temas prioritarios que deseamos destacar son los siguientes: • La reforma a la arquitectura del sistema financiero internacional, para que, aun en medio de la crisis actual, contribuya de manera más eficaz a generar inversiones productivas. • La atención a los flujos migratorios. • El impulso a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. • La paz y la seguridad globales, para canalizar gastos militares inútiles hacia inversiones clave para el desarrollo. • La seguridad alimentaria. La atención de estos temas prioritarios se vincula con la actitud de los países desarrollados que actúan como nuestras contrapartes, y también con las percepciones, tradiciones, prioridades, estrategias y acciones de nuestro Grupo y cada uno de los países que lo integramos. La Declaración de la Cumbre del Sur, celebrada en La Habana en 2000, nos recuerda que “el mundo nunca ha sido tan interdependiente”. Es, también, un mundo multipolar, con una dinámica de cambio constante; la proliferación de instancias de coordinación política y económica, y el agotamiento de antiguos paradigmas para definir aliados o adversarios. Estos cambios globales obligan a la colaboración y coordinación no solo entre países y grupos de ellos, sino de estos con otros actores, como la sociedad civil, la academia y el sector privado. Además, nos obligan a revisar la inflexible división binaria entre “norte” y “sur” como única categoría para el análisis y la acción en materia de desarrollo. Y reitero “como única” porque, si bien resulta fundamental, existen otros marcos y categorías de análisis crecientemente relevantes. En medio de estas transformaciones, y en gran medida como respuesta a ellas, a la coyuntura de crisis económica, y al exacerbamiento de tendencias aislacionistas en sus electorados, muchos países desarrollados han endurecido su posición como socios del desarrollo. Además, cada vez buscan mayor focalización y rigor en la evaluación de su cooperación internacional. Frente a esto, el G77 tiene razones para exigir. Pero también debemos ser proactivos, y actuar desde el convencimiento de que nuestra unidad debe asentarse en la diversidad, la cual, por cierto, es dinámica. Por ejemplo, el G-77 cobija, hoy, a la economía más pobre, pero, también, a la segunda más rica del mundo. Siete de nuestros miembros forman parte del G20. Hay países que basan su naciente bienestar en la legítima explotación de los recursos naturales o energéticos, mientras otros debemos importarlos. Hay generadores netos de recursos financieros; otros que deben acudir a mercados abiertos para captarlos. Existen entre nosotros abordajes diferentes en política energética y ambiental y diferentes grados de riesgo frente al cambio climático. Todo lo anterior, necesariamente, incide en las estrategias de desarrollo nacionales. Estas realidades obligan a una constante revisión y voluntad de cambio en el Grupo. Son las actitudes que deben imponerse al revisitar nuestras posiciones de cara a los imperativos del mundo actual. Mientras más avancemos en los cambios positivos, mayor serán nuestra eficacia o relevancia. Es algo que debemos tomar muy en cuenta de cara a Río+20. Señor Presidente: Mi delegación está lista para colaborar con espíritu constructivo y bajo su liderazgo en estas tareas. Muchas gracias.