Señores co-facilitadores:
Muchas gracias por convocar a esta reunión informal del Grupo de Trabajo ad hoc sobre la Revitalización
de la Asamblea General. Esta es una gran oportunidad para intercambiar puntos de vista sobre la
propuesta de nombrar a la próxima persona que ocupará la Secretaría General por un mandato único no
renovable.
En mi calidad nacional quisiera hacer algunos comentarios adicionales muy específicos sobre lo
siguiente: la elección de la primera mujer Secretaria General; la presentación de más de una persona
candidata para ser electa, no nombrada, por la Asamblea General; y el mandato único no reelegible de
siete años.
Creemos firmemente que es hora de que elijamos a una mujer Secretaria General. Costa Rica está
convencida de que después de ocho Secretarios Generales hombres y a la luz de la conmemoración del
septuagésimo aniversario de las Naciones Unidas, es el momento para que una mujer ocupe tan alto
cargo. Estamos convencidos que entre la mitad de la población mundial existe no una, sino muchas
mujeres con las mejores capacidades y competencias para ocupar tan alta responsabilidad. Costa Rica
llama a los Estados Miembros a presentar y apoyar a las candidatas para el nombramiento de la
Secretaria General.
Costa Rica quiere ver democratización del proceso de selección de la Secretaria General. La
recomendación por parte del Consejo de Seguridad de más de una persona candidata para el cargo a la
Asamblea General, aumenta la inclusividad, la trasparencia y lo más importante, legitima el proceso a
través del voto. Las Naciones Unidas ha defendido la causa de la democracia, y de hecho es irónico por
qué este principio no se ha adoptado en el proceso de selección de la posición más importante en la
organización.
Está claro que la duración del mandato sobre el nombramiento de la Secretaria General está abierto a
revisión y requiere ser discutido. La Carta de la ONU no necesita ninguna modificación con el fin de
establecer la opción de un solo término.
Tenemos que reflexionar sobre la siguiente elección de la Secretaria General, tener en cuenta que a
partir de ahora vamos a crear un nuevo precedente y una nueva cultura sobre el tema, de conformidad
con la Carta de las Naciones Unidas, la resolución 69/321 y otras decisiones pertinentes, es urgente
establecer una nueva práctica en la que la Asamblea General, tenga un importante rol que ejercer, así
como la redacción de la resolución final para la designación de la Secretaria General, en la que se
especifique que este nombramiento es por un único período no reelegible de siete años.
Un mandato único proporciona a la Secretaria General espacio político para conseguir sus compromisos
y objetivos sin ningún tipo de distracción como la de una reelección. Los desafíos del mundo, incluida la
implementación de la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 o la aplicación del Acuerdo de París,
requieren una Secretaria General ajena a una campaña de reelección que responda a los intereses
individuales de los Estados Miembros.
La disposición actual que prevé un plazo de cinco años con la posibilidad de ser reelegida para un
segundo mandato, impide a la Secretaria General centrarse por completo en su agenda. La posibilidad
de que ocupe el cargo por un segundo mandato, desvía la atención a la campaña, a la reelección y a las
complicaciones que se presenten.
Un único término garantiza la independencia de la Secretaria General, refuerza su postura, ayuda a
darle a la persona en el cargo una voz más fuerte y podría contribuir a la Secretaría General para
garantizar que los nombramientos realizados en otros niveles sean fuertes, elevando así la calidad
general.
Creemos que el mandato único también contribuye a la rendición de cuentas de la Secretaria General y
a que esto se convierta en una práctica regular entre la Secretaría General, el Consejo de Seguridad y la
Asamblea General.
Se ha argumentado sobre la inconveniencia de un Secretario General que descuide su relación con los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad. La independencia en el ejercicio de un cargo como
el de la Secretaría General, no significa falta de cuidado ni atención sobre el peso y poder relativo que
ejercen diferentes países en la política global. En un mundo multipolar, es claro que a la Secretaria
General le tocará hacer balances sobre todo ante situaciones tensas entre los distintos poderes reales.
Sin embargo, no debe ningún país esperar fidelidad absoluta de un Secretario General. Aspiramos a
tener una Secretaria General que sea fiel y se comprometa únicamente con la Carta de las Naciones
Unidas y con sus principios.
Señores Co-facilitadores:
Mi delegación aprecia el compromiso así como el importante rol que ha desempeñado el Presidente de
la Asamblea General en la implementación de la resolución 69/321 por medio de la carta conjunta con el
Presidente del Consejo de Seguridad, así como la carta del pasado 25 de febrero sobre los diálogos
informales que se realizarán con las personas candidatas a la Secretaría General del 12 al 14 de abril
2016.
Es momento de actuar a favor de la transparencia y la democracia.