Señor Presidente,
Hace un año con la histórica adopción de la Agenda 2030 ratificamos el vínculo crucial
entre el desarrollo y el desarme. Hacemos un llamado a sumar mayores esfuerzos a fin
de examinar de manera integral el complejo régimen del armamento convencional, que
nos permita en definitiva tomar acciones concretas para llegar al Objetivo 16.4 y
alcanzar reducciones significativas en el tráfico ilícito de las armas, lo que contribuirá a
disminuir la violencia armada en favor de sociedades en paz e inclusivas para el
desarrollo sostenible.
El próximo diciembre se cumplirán dos años de la entrada en vigor del Tratado sobre el
Comercio de Armas y en la pasada Segunda Conferencia de Estados Parte,
acordamos importantes decisiones en cuanto a su estructura institucional que nos
permitirá materializar sus objetivos y tener un impacto real en la vida de las personas.
Sin embargo, seguimos observando muchos y muy serios actos que violan el objetivo
de este Tratado; violaciones que lamentablemente experimenta en carne propia la
población civil en Medio Oriente y África. En nuestra propia subregión vivimos la
dolorosa realidad de sociedades afectadas por la violencia armada y vulnerables ante
el tráfico ilícito de este tipo de armas, especialmente las pequeñas y ligeras, así como
sus municiones.
Para quienes ya somos Estados Parte, el gran reto que tenemos por delante radica en
la implementación efectiva del Tratado, y debo manifestar que el Estado costarricense
está haciendo su tarea. Es imprescindible intensificar las sinergias entre el ATT y otros
instrumentos complementarios, como el Programa de Acción, así como el adoptar
instrumentos jurídicamente vinculantes para combatir la comercialización, el marcaje y
la intermediación ilícita. Es necesario además, trabajar para desarrollar estándares de
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gestión de arsenales robustos y obligatorios, con el fin de hacer frente a los niveles
excesivos en la producción de armamentos.
En esa línea, Costa Rica, gracias a la cooperación y asistencia del proyecto Unión
Europea-BAFA, el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y
el Desarrollo en América Latina y el Caribe (UNLIREC) y el Centro de Ginebra para el
Control Democrático de las Fuerzas Armadas, trabaja en la gestión efectiva y
transparente del uso de armas pequeñas y municiones en el sector de la seguridad
privada. De igual manera, iniciaremos el próximo año un proyecto que pretende
aumentar las capacidades nacionales para la reducción del desvío de armas pequeñas
y ligeras, sus municiones, partes y componentes a través de los envíos postales.
Señor Presidente,
Acogemos el resultado de la Sexta Reunión Bienal de los Estados para examinar la
ejecución del Programa de Acción para prevenir, combatir y eliminar el tráfico ilícito de
armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos. Aun cuando el tráfico ilícito de estas
armas, su acumulación excesiva y proliferación incontrolada persiste, alimentando la
violencia armada y el terrorismo en muchas partes del mundo, con importantes
consecuencias humanitarias y socioeconómicas; celebramos las medidas adoptadas
en el documento final que contribuirán en la ejecución del Programa de Acción
conforme a la consecución de los ODS.
Costa Rica espera que la Quinta Conferencia de Examen de la Convención sobre
Ciertas Armas Convencionales aborde las preocupaciones éticas, jurídicas y técnicas
que se han planteado desde el 2013 con respecto a los sistemas de armas autónomas
letales, que son en nuestro criterio, contrarios al derecho internacional humanitario y el
derecho internacional de los derechos humanos. Por ello, abogaremos para que en la
próxima Conferencia de Examen se convoque a un grupo de composición abierta de
expertos gubernamentales que pueda identificar los elementos necesarios para
avanzar en una convención internacional que prohiba este tipo de nuevas tecnologías
de armas convencionales.
También consideramos que es el momento de ir más allá de simples palabras y tomar
acciones sobre el uso de drones armados fuera de áreas con hostilidades activas.
Coincidimos con las preocupaciones expresadas días atrás por representantes de la
sociedad civil, en relación a que el uso de aviones no tripulados armados a menudo se
ha caracterizado por una falta de transparencia, rendición de cuentas y reparación para
las víctimas, erosionando el control democrático y el escrutinio internacional del uso de
la fuerza.
En ese sentido, apoyamos el inicio ya de un debate mucho más amplio en torno a
consideraciones sobre el impacto humanitario de los drones armados, entre ellas los
derechos humanos, el derecho internacional humanitario, así como las normas morales
y éticas, sobre la base del estudio del 2015 realizado por la Oficina de Asuntos de
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Desarme de la ONU, así como los esfuerzos y recomendaciones que el Consejo de
Derechos Humanos.
Señor Presidente,
Costa Rica destaca el papel de la sociedad civil en materia de armas convencionales.
Celebramos sus contribuciones al señalar los problemas, buscar soluciones y llamar la
atención de los Estados para atender tantos los viejos como los nuevos retos que
enfrenta la comunidad internacional.
Al finalizar esta alocución, quisiera enfatizar que nos corresponde a los Estados
Miembros sumar voluntades e iniciativas que nos permitan responder a estos desafíos
que enfrenta la comunidad internacional y, en especial, la población civil. Cuente con
el compromiso de Costa Rica para avanzar sobre estos objetivos.
Muchas gracias.